En el post anterior os contaba que me habían regalado el libro "El mundo de Pica Pau". Precioso, maravilloso! Y entre otras cosas os decía lo que me había costado decidir cual sería el primer amigurumi que iba a tejer. A que no adivinais cual fue? Jejeje
Pues sí. El pingüino Humboldt (el nombre es el que le ha puesto su creadora, yo le llamaría Pingu) me robo el corazón nada mas verlo. Tenía que hacerlo ya! Así que aprovechando que mi vecina Bea estaba embarazada, decidí que esta vez el sonajero que tengo costumbre regalar iba a tener diferente forma.
Pero a veces las cosas no salen como te lo imaginas. Resulta que cuando fuí a meterle la bola al muñeco, el muñeco se deformó y no quedaba nada bonito. La verdad es que la bola que utilizo es muy grande. Estoy buscando una bola mas pequeña para que esto no me vuelva a pasar.
Al final no me quedó mas remedio que quitar la bola y dejar el muñeco bonito, pero sin sonido.
Ya sabéis que yo personalmente prefiero regalar sonajeros a bebes. Primero porque estoy segura que muñecos van a tener miles. Y segundo porque creo que les estimula mas. Pueden agarrarlos desde pequeños y cuando los mueven suenan! y eso les encanta.
Pues eso, el pingüino se quedó mudo. Algo había que hacer. Y estaba claro el qué.
El recién llegado Aimar tiene un hermano mayor llamado Mikel. Acaba de cumplir los tres años y es un pequeño terremoto. Lleva muy bien la llegada de su hermanito, pero sabéis que intento no olvidarme del hermano mayor cuando hago regalos. Así que...
Me llevé el patrón del pingüino a mi terreno y lo convertí en un sonajero! Y así, un pingüino para cada hermano!
Mirar que bonitos!