Estaba claro que a Tony, compañero de trabajo, le iba a regalar un sonajero. Como no! Con lo bien que siempre se ha portado conmigo. Llevandome a casa todos los viernes, recogiendo y entregando todas mis bajas cuando estaba embarazada....
En fín. Estaba claro que le iba a regalar algo, pero no el que. Primero pensé en un oso azul, luego en un león (porque le gusto muchísimo el que hice)... pero no lo tenía claro. Así que al final opte por estropearle la sorpresa a él, pero mejorar la sorpresa a su pareja. Entre los dos decidimos que la opción del oso era buena. Resulta que el le había regalado un oso gigante a la mama. Cuando digo gigante es gigante. Metro y medio! Vamos, como yo. Así que yo sólo tenía que hacer la versión sonajero del oso. Y oye, creo k ha quedado bastante logrado!
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